viernes, 27 de septiembre de 2013

Capitulo XV.

Capitulo XV.

Una mañana cualquiera, en un lugar de la ciudad.

      • ¿Cómo que tu hermano?
      • Ya ves.
      • Hugo sólo tiene a su tío.
      • Si es así, ¿Cómo sé que tiene una marca de nacimiento en el hombro derecho?- Me quedo alucinada, es cierto.
      • ¿Por qué nunca me ha hablado de ti?
      • Cuando me marché, Hugo sólo tenía 9 años, no creo que le guste hablar de su hermano mayor descarriado.
      • ¿Te importaría guardar la navaja y devolverme mis cosas? Impresionas un poco.
      • Con una condición, quiero volver a verte.
      • ¡¿Qué?! No.
      • Por favor, sólo quiero saber de mi hermano pequeño- Su mirada es la de una persona triste y solitaria ¨Pobrecillo¨
      • Esta bien, toma mi número, llámame cuando quieras hablar.- Le entrego un papelito con mi móvil y él me devuelve mis cosas.
      • Por cierto ¿Cómo te llamas?
      • Laura y ¿Tú?
      • Lucas.- Sonríe y se va por el callejón.
¨Dios, ¡Qué sonrisa!¨ Casi me da un patatus, Lucas es un poco diferente a su hermano, tiene el pelo cobrizo en lugar de rubio y un poco largo peor no llega a media melena, de cuerpo es casi igual a Hugo, quizá Lucas sea un poco más alto, tiene una espalda ancha, es evidente que hace ejercicio, está en buena forma y tiene unos preciosos ojos azules, deben ser un rasgo de la familia, no transmiten los mismos que los Hugo, estos son diferentes, rebeldes, peligrosos, lo contrario a los de mi novio. Salgo de el callejón, entro en mi bloque y me monto en el ascensor, el viaje hacia el vestíbulo de mi piso se hace eterno, no dejo de pensar en Lucas, a sido toda una revelación pero ¿Qué quiere de mi? ¿Qué puedo hacer yo por él? ¿Cuándo me llamará? Y sobre todo ¿Por qué Hugo no me informó sobre su existencia? No me da tiempo a seguir pensando, he llegado a mi destino, el ascensor se para y la puerta metálica se abre, Hugo se encuentra de espaldas a mi, sentado en las escaleras con la mirada perdida, me acerco a él por detrás.

    • ¿Sufres por amor?- Se gira y me mira sorprendido.
    • ¡Laura!- Se pone en pie, me besa y me levanta en volandas, me río en el aire mientras damos vueltas.- Pensé que no volvería a besarte, te quiero.
    • Estoy aquí, tranquilo.
    • ¿Te encuentras bien? ¿Te ha echo daño?
    • Estoy bien, estoy bien.
    • Estaba tan preocupado.
Me abraza, me estrecha fuerte contra él y en sus brazos se que de verdad me quiere y no hay nada que pueda cambiarlo. Su proximidad quema en mi venas como el fuego, le deseo desde hace demasiado, le necesito, ya. Le beso por sorpresa, reacciona rápidamente, me besa con tranquilidad, ya estoy harta del control y de la tranquilidad, quiero pasión, arder junto a él, se lo dejo claro desde ahora, le empujo contra la pared, Hugo abre la boca para ahogar un grito y yo aprovecho para meter mi lengua y fundirla con la suya, él abre los ojos sorprendido, me levanta para que pueda enroscar las piernas en su cintura, quedo suspendida en el aire, sujeta por Hugo, siento su erección presionando en mi vientre, nos acerca a la puerta de su piso con dificultad y la abre, separa su boca de la mía, mientras me transporta a su habitación, le recorro el cuello a besos, caemos en su cama, yo encima de él, sigo besándole el cuello, escucho un gemido y le muerdo el cuello, Hugo ahoga un grito, me levanta la cara y me besa sin despegar un centímetro de su cuerpo de mí, nuestra ropa va desapareciendo a medida que nuestra calor va aumentando y finalmente, me encuentro en el paraíso, soy suya y él mío, unidos para siempre en una danza reservada solo para amantes.

* * * * *

Estoy en los brazos de Hugo después de haber hecho el amor, él sigue dormido, es como un ángel caído del cielo y es todo mío, su pelo rubio alborotado brilla con la luz del Sol que entra por la ventana, podría contemplarlo dormir toda la vida pero todo se acaba, Hugo empieza a abrir los ojos lentamente.

    • Hola, nena.
    • Hola.
    • ¿Qué tal estas?

    • Bien, contenta.
    • Me alegro por eso- Se alza y me da un dulce beso en los labios.
Nos quedamos mirándonos en silencio, mi teléfono suena rompiendo el contacto visual, veo que es un múmero desconocido e intuyo quién será.

    • Espera un momento aquí- Asiente y me voy al baño.
Cojo el teléfono y, al instante, sé que es él, esa dulce melodía que es su voz no puede ser de otra persona.

    • Hola.
    • Hola, Lucas. Dime, que ocurre.
    • ¿Estas libre esta tarde?
    • No, lo siento.
    • Por favor, Laura es importante, tego algo que pedirte y necesito hablar contigo.
    • Tengo un compromiso a las 12 ¿Llegaré?
    • Si, gracias ¿En el callejón a las 7?
    • Allí estaré, hasta luego.
    • Adiós.
Vuelvo a la habitación de Hugo, sigue en la cama, me mira con curiosidad, entonces, me doy cuenta de que llevo encima solo su camiseta, sus ojos me miran con vehemencia y algo oscuro. Me tumbo a su lado y me besa, su ávida lengua se enrosca en la mía, se tumba encima mía con su peso sobre sus codos, estamos jadeando y sin aliento.

    • ¿Otra vez?- Asiente.- Eres insaciable, nene.
Me sonríe de medio lado, como un depredador y volvemos a arder juntos.

* * * * *

Entro en el callejón y veo a Lucas, va vestido con una camiseta blanca, ajustada que le marca su cuerpo, unos jeans vaqueros y unas convers blancas. ¨¡Qué bueno está!

    • Hola- Se lo digo con tranquilidad.
    • Ei, vamos a algún sitio más agradable para hablar.
    • Como quieras.
Salimos del callejón con cautela, veo una moto blanca, creo que es una Kawasaki, Lucas se acerca a ella.

    • ¡¿La vas a robar?!
    • No, tengo las llaves.
    • ¿Es tuya?- Asiente.
Sub a la moto, desde aquí la ciudad se ve diferente, Lucas arranca y la moto comienza a circular, vamos sin casco aunque no me preocupa, sabe manejar bastante bien esta moto, el viento acaricia mi cara, me sujeto a la cintura de Lucas y apoyo el lado derecho de mi rostro en su ancha espalda, podría acostumbrarme a esta sensación de libertad, el viaje se me hace demasiado corto, Lucas aparca la moto frente a un edificio de lujo, diría que tiene unas 55 plantas.

    • ¿Qué hacemos aquí?
    • Es un buen lugar para hablar ¿No te parece?
    • ¡¿Tienes un piso aquí?!
    • No, pero un amigo si.
    • Ah...
Entramos en el edificio, el vestíbulo es inmenso, entero pintado de blanco, los muebles son de madera oscura y el suelo está hecho de mármol, Lucas y yo entramos en el ascensor cubierto de espejos, nos miramos incómodos, mi parte A (Ardiente) me pide a gritos que le arranque la rpa y se lo haga en el suelo, afortunadamente mi parte S (Sensata) es la que gana recordándome la sonrisa de Hugo, sus besos, sus caricias, nuestros momentos y cuánto le quiero, por lo que me contengo, miro otra vez de reojo a Lucas, es igual de guapo que Hugo ¨Qué viaje más largo¨ En el ascensor comienza a sonar Toxic de Britney Spears, una canción muy apropiada, por fin las puertas metálicas se abren. Salimos, estamos en la última planta, caminamos por el pasillo hasta la última puerta y llamamos al timbre, sale un hombre mayor, mide más o menos 1, 30, su pelo y su barba son canosos por su edad, va vestido elegantemente y parece feliz de ver a Lucas.

    • Lucas ¡Cuánto tiempo!- Se abrazan.
    • Hola, Sñ. Gónzalez.
    • Llamáme Christian, desde que nos conocemos te lo habré dicho unas 50 veces.- Se ríe.
    • Le presento a Laura, es la novia de Hugo.
    • ¿Tu hermano Hugo?
    • Si.
    • Es un inmenso placer conocerla, señorita, pasad por favor.
    • Gracias.

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