Capitulo I.

Capitulo I.

Una mañana cualquiera, en un lugar de la ciudad.

Los débiles rayos de Sol entran por la ventana y poco a poco me voy levantando de la cama. Cojo mi móvil y entro en Whatapps, 14 mensajes del grupo Crazy <3. Ayer se me quedó el móvil sin batería y no pude hablar con ellas sobre mi última conquista, un chico alto de 1,75 de altura, guapo, moreno, con ojos verdes, delgado y muy simpático. No fue difícil conquistarle solo había que decirle lo que quería escuchar. Mis amigas están hablando sobre el instituto y los múltiples exámenes que desgraciadamente tenemos, como siempre irrumpo en la conversación. Empiezo a contarles lo que ocurrió anoche en el pub al que fui. De fondo, escucho una voz que me llama y me dice que si no me doy prisa no llegare a tiempo al instituto, es mi madre. Bajo corriendo las escaleras sin apenas rozar los escalones con los pies, cojo una tostada y salgo corriendo por la puerta hacia la calle. Cuando, veo la puerta del instituto aún abierta acelero el paso y entro a tiempo. Entro en clase muy cansada y todo el mundo se me queda mirando, entonces me doy cuenta de que he interrumpido la clase de el ''Lapos'' (lo llamamos así porque escupe mucho al hablar, tanto que las primeras filas tienen que llevar chubasquero) me siento en mi sitio y saco los libros de literatura, cuando termino el profesor vuelve a dar la clase, yo hago como que atiendo pero en realidad mi mente vuela por la clase como una nube vuela por el cielo, la clase termina antes de lo que pensaba y salgo al patio junto con mis amigas. Subimos a clase y de nuevo otras 3 horas con los profesores hasta que suena la campana que indica que podemos irnos a casa, todo el mundo recogemos a la velocidad de la luz e igualmente salimos por la puerta. Ya en mi casa, cojo el móvil y quedo con las Crazy para salir esta noche e ir al pub de siempre. Cuando, llega la noche me arreglo, me pinto y voy a reunirme con mis amigas, ya estamos todas al cabo de unos 5 minutos y nos vamos al pub. Esta noche algo es diferente, un presentimiento, un deseo o un impulso me obliga a ir a la barra y allí entre la gente puedo vislumbrar a un chico alto, rubio, con ojos azules, musculoso y sonrisa cálida y dulce.