Capitulo
III.
Una
noche cualquiera, en un lugar de la ciudad.
- Hola, ¿Que tal?- Le dice a su interlocutor y de repente, mientras escucha, su rostro se vuelve diferente, muestra signos de preocupación y cuelga, se gira y me dice – Lo siento, tengo irme.
Y
sin decir nada más, coge la puerta y se va, dejándome en el suelo
muy intrigada por no saber que me acaba de pasar exactamente. Yo, que
siempre e controlado la situación y lo que siento, yo que considero
a los chicos como Clinex de usar y tirar, ahora estoy sentada en el
suelo de un pub con la boca entreabierta y los ojos como platos. Sin
esperar más me levanto y miro a mi alrededor. Todos contemplan la
escena que yo protagonizaba, avergonzada vuelvo a la mesa donde están
mis amigas que me miran como preguntando ¿Quién es ese? Aunque no
sé por que ya que están acostumbradas a verme cada día con un
chico diferente, cuando me siento veo mi reflejo en el cenicero
¡Estoy completamente roja! Ahora lo comprendo todo... Se lo explico
todo pero, ellas no me creen aunque lo comprendo porque si yo hubiese
escuchado esta historia en boca de otra persona pensaría que le
había dado una sobredosis de películas románticas y se a quedado
dormida con un sueño de este género pero, para mi desgracia ese
sueño lo estoy viviendo yo y enamorarme es algo que ni quiero ni me
puedo permitir. Cuando acabamos nuestras consumiciones cada una se va
a su casa, llego en 5 minutos a la mía y voy derecha a mi
habitación, me quito los tacones, me pongo el pijama y caigo rendida
en la cama.
Una
mañana cualquiera, en un lugar de la ciudad.
Un
ruido atronador me despierta de mi sueño profundo, maldito
despertador. Me levanto, me visto, desayuno y voy al instituto
después de pasar a recoger a Clara, Marta y Paula. Llegamos a la
puerta, todavía sigue cerrada. Las Crazy me miran de forma extraña.
-
Preguntad, sé que lo estáis deseando.
-
¿Dónde lo conociste?
-
¿Cómo se llama?
-
¿Cuántos años tiene?
-
De una en una por favor – No sabía como responder dado a
que a penas conocía algo de él - Lo conocí ayer, en el pub
y lo único que sé de él es que se llama Hugo.
-
Y.... Laura ¿Te vas a pasar las clases dibujando en la mesa
su nombre o vas a actuar como haces siempre?
Las
demás se ríen pero, yo no. No sé que me paso, cuando me miró mi
corazón latía desbocado y mi cuerpo no me respondía, es decir, no
podía controlarme, fui presa de sus ojos azules por un instante, me
dejé llevar por la pasión y el deseo y al final lo acabe
confundiendo con amor o eso espero. Esto es una pesadilla, no este
encuentro en sí sino mis pensamientos, voy a explotar en cualquier
momento.
-
¡¡¡¡Laura vuelve en ti!!!! - Todas mis amigas me miran
preocupadas
-¿Estás hay?.
-
Sí, estaba pensando en otra cosa – Las puertas se abren
y todas
entramos.
Pasamos
dentro de clase y nos sentamos en la última fila, todas juntas como
siempre. Las clases empiezan y con ellas el aburrimiento cuando
termina la mañana todos volvemos a casa. La tarde comienza y el
tiempo avanza y con él, el deseo de ir de nuevo al pub aumentan.
Cuando llego veo a Hugo en la barra con una Coca – Cola y hablando
con una preciosa rubia. No puedo negarlo esto que siento ahora mismo
son celos ¡Mierda!
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